Mucho dinero, mucho sacrificio y quien sabe, quizás no llegas a dedicarte a ello.
Muchas son las veces en que no quieres ni oír hablar de los aviones y te haces sordo ante todas esas dudas en tu cabeza.
Ser piloto es un trabajo mental increíble, pero el llegar a serlo aun más. No quieres dejar de pensar que vas a llegar ahí, pero hay tantos obstáculos que piensas que vas a caer.
No quiero desanimar a nadie ni nada, pero esto es muy difícil.
Pero ojo, no todo es malo, siempre vas a ser el loco que quiere montarse en un aparato de 50 o 100 toneladas. Eso siempre es bonito, el sentirse diferente.
Algunos nacen queriendo ser médicos, futbolistas, tenistas, abogados... No voy a decir que desde que hablaba quería ser piloto,no, evidentemente también quería ser futbolista, piloto F1... pero el día que mi tío me dejo pilotar una Pipper Cup en el Flight Simulator, os juro que sentí algo especial, quería ser piloto.
Han pasado muchos años desde aquella tarde, pero aun sigo sintiendo lo mismo.
Muchas veces me siento sin motivación para seguir amando a la aviación, y es normal, a todo el mundo le habrá pasado. Hay algunas cosas que me vuelven a motivar, como canciones o sobre todo este vídeo:
Espero que os haya gustado esta entrada un poco más sentimental.